En Resumen

  • Christine Lagarde señaló que el BCE cumplió su parte del trabajo técnico y ahora corresponde al Consejo Europeo y al Parlamento Europeo revisar la propuesta legislativa.
  • El euro digital busca garantizar la disponibilidad de dinero público con estatus de curso legal y ofrecer privacidad en pagos digitales minoristas.
  • Piero Cipollone enfatizó la urgencia del proyecto tras los planes de Trump para fortalecer el dólar con stablecoins y prohibir CBDCs en Estados Unidos.

Los funcionarios del Banco Central Europeo dijeron el jueves que la institución está lista para implementar un euro digital después de completar el trabajo técnico y preparatorio, confirmando en la conferencia de prensa final de este año que está en marcha una revisión del proyecto, con la participación del Consejo Europeo y el Parlamento Europeo.

"Hemos hecho nuestro trabajo, hemos cumplido con nuestra parte, pero ahora corresponde al Consejo Europeo y ciertamente más tarde al Parlamento Europeo identificar si la propuesta de la Comisión es satisfactoria, cómo puede transformarse en una pieza de legislación o ser enmendada", señaló la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en un comunicado.

Mientras los funcionarios enfatizan que los sistemas están construidos y las salvaguardas definidas, la atención se ha desplazado al proceso político necesario para autorizar la emisión.

Diseñado como una moneda digital pública y ampliamente utilizable con estatus de curso legal, el propuesto euro digital tiene como objetivo apoyar la estabilidad financiera, la soberanía monetaria, la privacidad y la inclusión, mientras fortalece la infraestructura de pagos de Europa.

Su propósito como moneda digital minorista de banco central es "garantizar que el dinero del banco central con estatus de curso legal permanezca disponible para el público en general, mientras ofrece un medio de pago de vanguardia y rentable", afirma la propuesta, agregando que podría proporcionar "un alto nivel de privacidad en los pagos digitales".

Una CBDC minorista es una forma digital de dinero público emitido por un banco central y respaldado por el Estado, con el mismo estatus legal que el efectivo. A diferencia de las stablecoins, es un reclamo directo sobre el banco central, no un token privado respaldado por reservas o garantías corporativas.

"Nuestra ambición es asegurarnos de que en la era digital, haya una moneda que sea el ancla de estabilidad para el sistema financiero", agregó Lagarde.

Si bien el banco central ha hecho su parte de la preparación, "esa preparación por sí sola no constituye una decisión de lanzamiento", dijo un portavoz del BCE a Decrypt. "Una base legal clara es esencial, por lo que el proceso legislativo es una condición clave para avanzar", añadió.

La decisión final de emitir un euro digital será tomada por el Consejo de Gobierno del BCE, según le indicaron a Decrypt.

Consultado sobre las preocupaciones de privacidad, el portavoz afirmó que "las características de mejora de la privacidad están integradas en el diseño del euro digital", pero que estas "no lo eximen del marco legal que se aplica a todas las formas de dinero".

"El equilibrio se logra, por lo tanto, a través de una clara separación de roles: el Eurosistema no tendría acceso a los datos personales de los usuarios, mientras que los intermediarios regulados continuarían llevando a cabo las obligaciones de cumplimiento y AML de acuerdo con la ley de la UE", indicó el portavoz.

Necesidad y urgencia

En enero, el miembro del consejo ejecutivo del Banco Central Europeo, Piero Cipollone, enfatizó la necesidad de un euro digital en respuesta a los planes entonces en desarrollo de la administración Trump para una política de stablecoins destinada a fortalecer el dólar estadounidense.

Los cambios en la política cripto de Estados Unidos y una postura más permisiva hacia las stablecoins añadieron urgencia a las discusiones europeas sobre autonomía monetaria, con Cipollone señalando que los legisladores y el mundo político en general están "volviéndose más alertas" a la conversación.

Los primeros esfuerzos de los legisladores estadounidenses culminaron cuando el presidente Donald Trump firmó la Ley GENIUS en julio.

Notablemente, Trump ha mantenido consistentemente una postura hostil hacia las monedas digitales de bancos centrales, afirmando a principios de 2024 que "nunca permitiría" una CBDC porque cree que le daría al gobierno demasiado control sobre el dinero de las personas.

En enero, firmó una orden ejecutiva que prohíbe a las agencias federales establecer, emitir o promover CBDCs, deteniendo efectivamente el desarrollo de CBDCs en Estados Unidos bajo su administración.

Las discusiones sobre la importancia de una moneda digital pública comenzaron ya en 2021, cuando los banqueros centrales europeos advirtieron que no emitir una podría dejar el control monetario en manos de sistemas de pago privados o extranjeros a medida que disminuye el uso de efectivo.

Los responsables de políticas también han examinado cómo el euro digital se ajusta junto a blockchains públicas como Ethereum y Solana. "La regulación propuesta sobre el euro digital es tecnológicamente neutral", dijo un portavoz del BCE a Decrypt en ese momento.

Desde entonces, el debate se ha trasladado del principio a la ejecución, con las instituciones europeas presionando por cronogramas más claros sobre pilotos y un posible lanzamiento hacia finales de la década.

A principios de este mes, el FMI advirtió que el dinero digital privado, incluyendo las stablecoins, podría debilitar la política monetaria doméstica y la estabilidad financiera.

Este artículo ha sido actualizado con comentarios del BCE.

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