En Resumen
- La Comisión Europea está considerando una investigación sobre la inversión de $10 mil millones de Microsoft en OpenAI.
- Los reguladores evaluarán si la inversión viola las leyes de competencia y podría llevar a una investigación más profunda.
- La asociación entre Microsoft y OpenAI ha llevado a la integración de productos como GPT-3 en Bing, Office y Windows.
- La UE busca asegurar que la inversión de Microsoft no otorgue un control indebido sobre OpenAI, afectando a la competencia en el mercado de inteligencia artificial.
Microsoft podría enfrentarse pronto a otra importante investigación antimonopolio, años después de una investigación anterior sobre la dominancia de su software Windows que hizo titulares a nivel mundial. Esta vez, los reguladores europeos tienen en la mira la asociación del gigante tecnológico con la empresa de inteligencia artificial OpenAI.
La Comisión Europea está considerando si lanzar una investigación en profundidad sobre la inversión de $10 mil millones de Microsoft en OpenAI, fabricante de ChatGPT y otros sistemas líderes de inteligencia artificial
Si los reguladores determinan que las empresas han violado las leyes de competencia, podría llevar a una investigación a gran escala y posibles restricciones en la asociación.
"Estamos invitando a empresas y expertos a que nos informen sobre cualquier problema de competencia que puedan percibir en estas industrias, al mismo tiempo que monitoreamos de cerca las asociaciones de la IA para asegurarnos de que no distorsionen indebidamente la dinámica del mercado", dijo Margrethe Vestager, Vicepresidenta Ejecutiva a cargo de la política de competencia de la UE, en un comunicado oficial. "La Comisión Europea está verificando si la inversión de Microsoft en OpenAI podría estar sujeta a revisión según el Reglamento de Fusiones de la UE".
La Comisión Europea es el órgano legislativo de la UE. Aquellos interesados en colaborar con la agencia pueden compartir información a través de un formulario oficial.
Esto sigue una decisión similar de la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA), que invitó a expertos a proporcionar más información sobre la asociación entre Microsoft y OpenAI.
"La CMA está considerando si es o puede ser el caso de que la asociación de Microsoft con OpenAI, o cualquier cambio en ella, haya resultado en la creación de una situación de fusión relevante bajo las disposiciones de fusión de la Ley de Empresas", dijo el organismo de control del Reino Unido en un comunicado oficial en diciembre de 2023. La CMA también está preocupada de que una posible fusión pueda resultar en "una disminución sustancial de la competencia" en la industria tecnológica del Reino Unido.
Microsoft anunció por primera vez su asociación con OpenAI en 2019, comprometiéndose a invertir más de $10 mil millones en la startup cofundada por Elon Musk y Sam Altman. Desde entonces, ha integrado productos de OpenAI como GPT-3 en su motor de búsqueda Bing, suite de Office y sistema operativo Windows.
La situación en torno a la inversión de Microsoft en OpenAI plantea naturalmente preguntas significativas sobre la influencia y el control en el mercado. La UE está investigando si esta importante participación financiera otorga a Microsoft el poder de influir en las decisiones estratégicas de OpenAI, lo que podría afectar al sector más amplio de la inteligencia artificial y la tecnología."
Curiosamente, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, recientemente brindó un testimonio que hace eco de estas preocupaciones anticompetitivas. En un juicio por prácticas anticompetitivas que examina la dominancia de Google en la búsqueda, Nadella afirmó que la integración de la inteligencia artificial podría afianzar aún más la posición dominante del gigante de la búsqueda. Explicó que el archivo inigualable de contenido web de Google ya alimenta el desarrollo de potentes sistemas de inteligencia artificial como ChatGPT.
Según Nadella, Microsoft ha intentado repetidamente aflojar el control de Google. A pesar de invertir más de $100 mil millones en su motor de búsqueda Bing, Microsoft aún tiene una cuota de mercado de un solo dígito.
"Todos hablan de la web abierta, pero en realidad existe la web de Google", dijo.
Cambios en OpenAI
La intriga se profundizó cuando la junta directiva de OpenAI, inicialmente enfocada en el desarrollo ético de la IA generalizada en lugar de la rentabilidad de los inversores, terminó su relación con Sam Altman como CEO. El posterior movimiento de Microsoft para contratar a Altman y su equipo para su propia división de IA provocó una respuesta dramática. Más del 80% del personal de OpenAI amenazó con irse a Microsoft a menos que se reinstalara a Altman. Finalmente lo consiguieron.
Esta agitación llevó a cambios significativos dentro de la junta ejecutiva de OpenAI. Mientras que tradicionalmente estaba dedicada al desarrollo responsable de AGI sobre motivos de lucro, la junta experimentó una reorganización después del regreso de Altman.
Es importante destacar que Microsoft aseguró un asiento sin derecho a voto, lo que marca un cambio significativo en la composición de la junta y potencialmente en su dirección futura. Este desarrollo subraya aún más los intereses entrelazados de estos dos jugadores influyentes en el panorama de la IA.
La asociación ha sido clave para las ambiciones de Microsoft en inteligencia artificial. Sin embargo, los reguladores en ambos lados del Atlántico están buscando fortalecer la supervisión de la IA, debido a crecientes preocupaciones sobre ética, seguridad y la concentración de poder entre unos pocos gigantes tecnológicos. Mientras que el Reino Unido ha adoptado una postura relativamente permisiva para promover la innovación, la UE y EE. UU. están presionando por una regulación más estricta.
Si la UE determina que existen irregularidades, abriría las puertas a una investigación más profunda y formal, que podría acarrear graves consecuencias legales. Si se restringe la asociación entre Microsoft y OpenAI, podría obstaculizar la estrategia de IA de la primera.
El caso también ilustra el aumento de la atención que enfrentan las alianzas tecnológicas a medida que los reguladores reafirman su autoridad.
Editado por Ryan Ozawa.