En Resumen

  • Informe del Servicio de Investigación Parlamentaria Europea destacó la necesidad de armonización en la regulación de criptomonedas.
  • El Parlamento recomendó una supervisión mejorada por parte de reguladores no pertenecientes a la UE.
  • Ademas, señalaron la interconexión global de los mercados financieros y el riesgo de arbitraje regulatorio como razones para la armonización.

El potencial de arbitraje regulatorio y la naturaleza descentralizada de ciertas criptomonedas subrayan la necesidad de cierto nivel de armonización en la regulación entre las principales jurisdicciones, argumenta un nuevo informe publicado por el Servicio de Investigación Parlamentaria Europea (EPRS).

Las recomendaciones del informe incluyen una supervisión mejorada por parte de los reguladores no pertenecientes a la Unión Europea (UE) para garantizar una mayor estabilidad y desarrollo en el mercado global de criptomonedas.

El informe también destaca preocupaciones sobre diversos canales a través de los cuales el sistema financiero y la autonomía de la UE aún pueden estar en riesgo, especialmente debido a que sigue dependiendo de las acciones políticas tomadas por países no pertenecientes a la UE en el ámbito del Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA)—el marco regulatorio a nivel de la UE para los activos digitales que se implementará en diciembre de 2024.

"La regulación actual en países no pertenecientes a la UE plantea interrogantes sobre la estabilidad financiera, ya que las instituciones financieras globales podrían no ser capaces de hacer frente a grandes variaciones de precios -volatilidad- y a las pérdidas incurridas por los shocks en los mercados de criptoactivos", señaló el informe.

Los autores también señalaron la "interconexión de los mercados financieros globales", que, junto con el potencial de arbitraje regulatorio y las características descentralizadas de ciertas criptomonedas, "crean la necesidad de un cierto grado de convergencia en la regulación entre las jurisdicciones clave".

Divergencia en la regulación de las criptomonedas

Uno de los principales enfoques del informe es el panorama regulatorio en Estados Unidos, al que describe como "fragmentado" debido a la falta de un régimen de criptomonedas a nivel federal.

Este último "permitió una divergencia sustancial entre los estados, que han adoptado una variedad de enfoques regulatorios", dice el documento.

Un ejemplo de esto es el Estado de Nueva York, que en 2015 introdujo la llamada "BitLicense", que requería que los intercambios de criptomonedas compartieran información detallada sobre sus operaciones con el Departamento de Servicios Financieros del estado y cumplieran con los requisitos de "Conozca a su cliente" (KYC).

Como resultado, varias empresas importantes de criptomonedas, incluyendo ShapeShift y Kraken, optaron por dejar de prestar servicios a los residentes de Nueva York y reducir sus operaciones dentro del estado.

"En el otro extremo del espectro regulatorio, el Estado de Wyoming se destaca como un estado 'amigable con las criptomonedas', optando por un estatus legal beneficioso para las empresas de tecnología blockchain en forma de 'organizaciones autónomas descentralizadas', un tipo de sociedad de responsabilidad limitada, y permitiendo a los bancos ofrecer servicios basados en blockchain", agregó el informe.

Reino Unido, la UE y las criptomonedas

Otras jurisdicciones citadas en el informe incluyen a Reino Unido, que ha manifestado su intención de convertirse en un centro global de criptomonedas. El Reino Unido ha optado por regular inicialmente algunas criptomonedas específicas, principalmente stablecoins, en lugar de seguir un régimen personalizado para un grupo ampliamente definido de activos digitales como se establece en la UE a través del marco MiCA.

El informe también hace referencia a un estudio realizado para el Parlamento Europeo, que prevé una divergencia significativa entre el Reino Unido y la UE en los próximos años en lo que respecta a la identificación y regulación de las criptomonedas.

Mientras tanto, Japón ha introducido un nuevo marco regulatorio para las criptomonedas que, al igual que el enfoque adoptado por el Reino Unido, se basa en la legislación existente. Este marco garantiza la protección de los inversores al responsabilizar a los intermediarios de las stablecoins de cumplir con su compromiso de redimir al valor nominal y cumplir con las leyes de prevención del lavado de dinero y protección de datos de los usuarios.

Si bien admiten que una regulación más estricta en la UE en comparación con la de los países no pertenecientes a la UE "puede tener efectos adversos en el desarrollo de los mercados de criptomonedas", los autores también sostienen que "hay evidencia de que un marco regulatorio más estricto tiene efectos limitados pero positivos".

"Por lo tanto, la acción regulatoria de la UE debería traer beneficios en general, mientras que aún se necesita una acción política de terceros para complementar y fortalecer la estabilidad financiera", según el informe.

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