Charlie Munger vuelve a hacer de las suyas. El multimillonario de 98 años ha vuelto a burlarse de las criptomonedas, diciendo que nunca en su vida las tocaría.
"Creo que cualquiera que venda estas cosas es un iluso o un malvado. No tocaré las criptomonedas", dijo Munger en una entrevista con el Australian Financial Review, añadiendo que "no está interesado en debilitar las monedas nacionales del mundo."
Munger es el vicepresidente de Berkshire Hathaway y la mano derecha del legendario inversor Warren Buffett, presidente y CEO del conglomerado multinacional con sede en Nebraska cuya historia se remonta a 1839.
Conocida por sus importantes participaciones en empresas que cotizan en bolsa, como Coca-Cola, Bank of America, American Express y Apple, Berkshire Hathaway está valorada actualmente en más de 600.000 millones de dólares, lo que la convierte en la séptima mayor corporación del mundo.
Munger se explayó más sobre las criptomonedas, diciendo que el único enfoque correcto para esta "locura masiva" es su "evitación total".
"Nunca las toques. Nunca compren. Déjenlas pasar", dijo Munger.
También argumentó que una inversión mucho mejor sería la compra de acciones en empresas que tienen "interés real en negocios reales."
"Invertir en criptomonedas es invertir en nada, y el tipo que está tratando de venderte una inversión en nada te dice: 'Tengo una clase especial de nada de la que es difícil hacer más'", añadió Munger mientras comparaba la nueva clase de activos con "una cloaca abierta llena de organismos maliciosos."
Munger, Warrent Buffet y el Bitcoin
Esta no es la primera vez que Munger o Warren Buffett dan su opinion en el debate de las criptomonedas.
Ya fue noticia en el pasado cuando Buffett calificó a Bitcoin de "delirio" y "veneno para ratas al cuadrado."
A principios de este año, Munger dijo que estaba orgulloso de no haber invertido en criptomonedas, comparándolas con "enfermedades venéreas."
En un momento dado, en mayo de este año, Buffet también llegó a decir que no pagaría ni 25 dólares por todo el Bitcoin del mundo, porque luego tendría que venderlo de nuevo "de una forma u otra".