¡La inteligencia artificial viene a por nuestros trabajos! O no. Depende de a quién preguntes.
Desde el lanzamiento público del ChatGPT de OpenAI en noviembre, el cambio previsto hacia una fuerza de trabajo impulsada por la inteligencia artificial ha avivado la preocupación sobre lo que vendrá después. En una entrevista con el programa "60 Minutes" de la CBS el domingo, el CEO de Google, Sundar Pichai, dijo que la preocupación que estamos viendo en las primeras fases del desarrollo de la Inteligencia Artificial es una razón para ser optimistas.
"Por un lado, el ritmo al que podemos pensar y adaptarnos como instituciones sociales comparado con el ritmo al que evoluciona la tecnología, parece haber un desajuste", dijo Pichai. "Por otra parte, en comparación con cualquier otra tecnología, he visto a más gente preocupada por ella al principio de su ciclo de vida, así que me siento optimista por el número de personas que han empezado a preocuparse por las implicaciones, y por tanto las conversaciones también están empezando de forma seria."
La preocupación por que la IA sustituya a los humanos también es exagerada, dijo en una entrevista a Decrypt el Dr. Marek Suchenek, profesor de Informática en Cal State Dominguez Hills.
"Históricamente, las nuevas tecnologías han eliminado determinados puestos de trabajo, pero los beneficios han superado ampliamente a los inconvenientes", afirmó Suchenek. "Aunque se perdieron algunos empleos, la Revolución Industrial creó muchas oportunidades mejor pagadas y más atractivas para los trabajadores.
Aunque las máquinas pueden llegar a ser más inteligentes que una sola persona, es poco probable que superen la inteligencia combinada de la humanidad, afirmó.
"La IA tiene potencial para el uso indebido, ya que los desarrolladores sin escrúpulos podrían crear software malicioso para obtener beneficios económicos o políticos [o] utilizar la IA para imponer el control sobre otros, lo que llevaría a una tiranía permanente", añadió Suchenek. "Es importante ser consciente de estas cuestiones al considerar el impacto de la IA en la sociedad".
Google y Microsoft se han lanzado a una carrera para llevar la inteligencia artificial a las masas, con ambos gigantes tecnológicos—y AWS de Amazon—lanzando herramientas y productos como Bard de Google y Bing de Microsoft, que incorporan ChatGPT a sus motores de búsqueda.
Los dos gigantes tecnológicos han invertido miles de millones en el desarrollo de la IA. En enero, Microsoft invirtió 10.000 millones de dólares en OpenAI, la empresa que está detrás de ChatGPT. En febrero, Google se asoció con Anthropic, rival de ChatGPT, para acelerar el desarrollo de un sistema de Inteligencia Artificial fiable y digno de confianza.
Los autores de ciencia ficción y los productores de Hollywood se han pasado los últimos cien años creando historias sombrías de lo que ocurre cuando la Inteligencia Artificial se vuelve sensible o más inteligente que sus creadores.
"Son preguntas profundas", dijo Pichai. "A esto lo llamamos alineación. Una forma de pensarlo es cómo desarrollar sistemas de inteligencia artificial alineados con los valores humanos, incluida la moralidad".
Pichai dijo que en el desarrollo de la Inteligencia Artificial avanzada deben participar no sólo ingenieros, sino también científicos sociales, éticos y filósofos.
"Creo que tenemos que ser muy reflexivos", dijo. "Y creo que todas estas son cosas que la sociedad tiene que resolver a medida que avanzamos. No le corresponde a una empresa decidirlo".
Dada la acalorada especulación sobre quién tendrá la ventaja en la carrera, el precio de las acciones de Google tomó hoy un golpe cuando un informe del New York Times dijo que Samsung—fabricante del teléfono móvil Android- estaba considerando utilizar Bing de Microsoft como motor de búsqueda predeterminado de sus dispositivos en lugar de utilizar Google.
Tras la noticia, las acciones de la empresa matriz de Google, Alphabet, cayeron un 3,81%, de $108,90 a $104,75, antes de recuperar terreno hasta $105,97 el lunes. En comparación, las acciones de Microsoft subieron ligeramente de $286,54 a $288,53, tras una caída del 1,38% desde $290,83 en las últimas 24 horas, de acuerdo con datos de MarketWatch.