En Resumen
- El gigante de software Microsoft celebrará una reunión de accionistas el próximo mes, y el tema de Bitcoin está en la agenda.
- Microsoft tendrá su reunión anual de accionistas el 9 de diciembre, y una de las propuestas a votación es la "Evaluación de la inversión en Bitcoin", con la recomendación de la junta directiva de votar en contra.
- No está claro si el punto de enfoque se refiere a que Microsoft incluya Bitcoin en su balance, pero la empresa ya acepta Bitcoin en sus tiendas de Windows y Xbox.
El gigante de software Microsoft celebrará una reunión de accionistas el próximo mes, y el tema de Bitcoin está en la agenda.
Microsoft (NASDAQ: MSFT) tendrá su reunión anual de accionistas el 9 de diciembre y aquellos que estén invirtiendo en la compañía votarán sobre varios puntos, según una presentación del jueves realizada por la Comisión de Bolsa y Valores.
Una de las propuestas que se someterá a votación es la "Evaluación de la inversión en Bitcoin", con la recomendación de la junta directiva de que los accionistas voten en contra.
No está claro si el punto de enfoque se refiere a que Microsoft incluya Bitcoin, la criptomoneda más grande de la industria, en su balance. Microsoft no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de Decrypt.
El documento también señala que "la dirección de Microsoft ya considera cuidadosamente este tema".
Microsoft es una de las mayores empresas de software del mundo y acepta Bitcoin de clientes que compran en línea en sus tiendas de Windows y Xbox.
Si Microsoft invierte en Bitcoin, será una de las raras empresas estadounidenses en hacerlo.
MicroStrategy, una empresa de software que vende soluciones de análisis de datos, comenzó a comprar Bitcoin en 2020.
La empresa con sede en Tyson, Virginia, es ahora el mayor poseedor corporativo de la criptomoneda. Con 252.220 Bitcoin en reservas, actualmente valorados en $17.000 millones, su acción se ha disparado este año junto con el aumento del precio de Bitcoin.
A pesar de su éxito para los accionistas, muchas empresas tecnológicas públicas aún no han seguido el ejemplo.
Editado por Sebastian Sinclair