La explosión de scams en el ecosistema de las finanzas descentralizadas (DeFi) durante el año pasado ayudó a impulsar los ingresos de las estafas de criptomonedas hasta los 7.700 millones de dólares en 2021, según la firma de datos de blockchain Chainalysis.
Según el Informe de delitos de criptomonedas de 2022 de Chainalysis, los ingresos por scams aumentaron un 81% con respecto al año anterior, y los tirones de alfombras representaron el 37% de todos los ingresos de estafas de criptomonedas, frente al 1% en 2020.
En total, los tirones de alfombra—en los que los desarrolladores construyen un proyecto de criptomonedas aparentemente legítimo y luego se fugan con el dinero de los inversionistas—representaron más de 2.800 millones de dólares de criptomonedas robadas en 2021. Chainalysis destacó el hecho de que las auditorías de código—que detectarían las vulnerabilidades que permiten a los proyectos fraudulentos de DeFi drenar sus reservas de liquidez—no son necesarias para listar un proyecto en las plataformas de intercambio descentralizadas (DEXs), de ahí su prevalencia en el sector de DeFi.
Aunque los ingresos por estafa de criptomonedas en 2021 representan un aumento sustancial respecto a 2020, siguen siendo inferiores a los máximos de 2019, cuando se acercaron a los 10.000 millones de dólares.
Y aunque el número de depósitos a direcciones de estafas de inversión se redujo de 10,7 millones en 2020 a 4,1 millones en 2021—lo que sugiere que hubo menos víctimas individuales—también indica que la cantidad robada a cada víctima aumentó.
Al igual que en años anteriores, la mayoría de las criptomonedas enviadas desde direcciones fraudulentas acabaron en las principales plataformas de intercambio de criptomonedas—un hecho que no ha pasado desapercibido para los políticos y reguladores, siendo la senadora Elizabeth Warren (D-MA) una de las personas que han presionado para aumentar la regulación del sector.
Sin embargo, hay algunas pruebas de que el sector de las criptomonedas está madurando; la relación entre los precios de las criptomonedas y la actividad de las estafas parece haberse roto.
Mientras que en las anteriores rachas alcistas de 2017 y 2020 se produjo un aumento de la actividad de estafa que se correspondía con la afluencia de nuevos (e ingenuos) usuarios al ecosistema de las criptomonedas, en 2021 la actividad de estafa se estabilizó incluso cuando el precio de las principales criptomonedas Bitcoin y Ethereum se disparó.