We do the research, you get the alpha!
El Servicio Secreto de Estados Unidos -que se encarga de proteger a las figuras políticas de Estados Unidos y de llevar a cabo investigaciones criminales- ha publicado una lista de "Fugitivos más buscados". En la lista figuran varios individuos que utilizaron monedas digitales para sus delitos.
Allan García, un ciudadano de Costa Rica de 36 años, es buscado por presuntamente gestionar las operaciones diarias de Liberty Reserve, una empresa que "operaba en moneda digital."
"La compañía creció hasta convertirse en un centro financiero del mundo del cibercrimen, facilitando una amplia gama de actividades delictivas en línea, incluyendo el fraude con tarjetas de crédito, el robo de identidad, el fraude de inversiones, la piratería informática, la pornografía infantil y el tráfico de narcóticos", dijo el Servicio Secreto.
Danil Potekhin, de Rusia, es otro de los delincuentes relacionados con las criptomonedas en la lista del Servicio Secreto. Entre junio de 2017 y abril de 2018, Potekhin y su colega Dmitrii Karasavidi lanzaron una campaña de phishing dirigida a usuarios de varios intercambios de divisas digitales. Según el Servicio Secreto, ambos individuos pudieron retirar algunas de las participaciones de las víctimas, y manipular los mercados de divisas digitales.
Más cerca de casa, el Servicio Secreto persigue a Rashawd Lamar Tulloch, un ciudadano estadounidense de 33 años. Tulloch está acusado de actuar como blanqueador de dinero de terceros que ayudó a estafar millones de dólares a las víctimas. En concreto, Tulloch supuestamente dirigía una operación que convertía los pagos en Bitcoin(o efectivo).
La criptodelincuencia es una preocupación creciente
La presencia de delincuentes relacionados con las criptomonedas en la lista de "Fugitivos más buscados" del Servicio Secreto es un indicio de que la delincuencia procedente del mundo de las criptomonedas está generando más atención gubernamental que nunca.
A principios de este mes, el Departamento de Justicia anunció que el ransomware -un delito habitual en el sector de las criptomonedas- tendría la misma prioridad que el terrorismo. El anuncio se produjo en medio del sonado ataque de ransomware que tuvo como objetivo el Colonial Pipeline.
El G7 se hizo eco del Departamento de Justicia varios días después, comprometiéndose a luchar contra los ataques de ransomware impulsados por la criptomoneda.