Un grupo de clientes de FTX ubicados fuera de Estados Unidos ha solicitado al tribunal que supervisa el caso de quiebra de la bolsa de criptomonedas que no se revelen sus nombres, según muestran documentos judiciales.

Los 15 acreedores, que afirman que FTX les debe en conjunto 1.900 millones de dólares, declararon el miércoles que querían permanecer en el anonimato porque "los titulares de criptomonedas son especialmente susceptibles de fraude y robo".

Añadieron en la presentación que " es difícil rastrear criptodivisas y hay menos salvaguardias de seguridad para proteger los activos."

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Estos clientes de FTX no son los únicos que quieren proteger sus identidades. En noviembre, el juez John Dorsey -que supervisa el caso- decidió no revelar los nombres de los mayores acreedores de FTX a petición de la empresa.

FTX argumentó que publicar los nombres de los acreedores podría revelar información privada -como direcciones de correo electrónico o físicas- y comprometer su seguridad. Se calcula que a los 50 mayores acreedores se les deben 3.100 millones de dólares tras la quiebra de la criptobolsa.

Sin embargo, el New York Times, Dow Jones, Bloomberg y el Financial Times presentaron este mes una demanda solicitando que se revelaran los nombres. El juez dijo entonces que permitiría a las organizaciones de medios de comunicación argumentar su caso en enero.

FTX, que permitía a los clientes comprar, vender y especular sobre el precio futuro de los activos digitales, estalló en noviembre supuestamente debido a una mala gestión. El consejero de la nueva dirección de FTX, James Bromley, lo describió como "uno de los colapsos más abruptos y difíciles de la historia de la América corporativa".

John J. Ray III, un veterano profesional de la insolvencia y nuevo CEO de la empresa, afirmó que FTX estaba tan mal gestionada que su personal utilizaba las aplicaciones de consumo Slack y QuickBooks para manejar las finanzas del gigante multimillonario.

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Ray, que se ocupó de la quiebra de Enron junto a otros importantes casos de bancarrota, dijo que la caída de la empresa con sede en Bahamas fue causada por "un grupo muy pequeño de individuos sumamente inexpertos y poco sofisticados."

Se alega que el fundador y ex CEO de FTX, Sam Bankman-Fried, mezcló las inversiones de los clientes con las de su empresa hermana Alameda Research -también fundada por el magnate de las criptomonedas- sin que los clientes lo supieran.

Bankman-Fried se enfrenta ahora a ocho cargos penales -incluidos fraude electrónico y blanqueo de dinero- junto con cargos de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) y una demanda de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). Actualmente se encuentra en arresto domiciliario en casa de sus padres bajo fianza de 250 millones de dólares.

Bankman-Fried fue extraditado desde Bahamas la semana pasada, donde pasó días en prisión antes de su traslado a Estados Unidos.

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