El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dicho que las criptomonedas no son más que un "atajo desaconsejable" para la inclusión financiera.
"Como moneda nacional, los criptoactivos -incluido el Bitcoin- conllevan riesgos sustanciales para la estabilidad macrofinanciera, la integridad financiera, la protección del consumidor y el medio ambiente", escribió el FMI en una entrada de su blog.
Un desglose de las preocupaciones del FMI
Cuando se trata de criptomonedas como monedas nacionales, el FMI tiene cuatro preocupaciones clave.
La primera y más importante es la estabilidad macroeconómica. Según el FMI, los ingresos del gobierno quedarían repentinamente expuestos a los riesgos del tipo de cambio, por ejemplo, si los impuestos se cotizan en cripto, mientras que los gastos siguen cotizando en moneda local o viceversa.
La política monetaria también "perdería mordiente" y los precios internos podrían volverse "altamente inestables". "Incluso si todos los precios se cotizan en, digamos, Bitcoin, los precios de los bienes y servicios importados seguirían fluctuando masivamente, siguiendo los caprichos de las valoraciones del mercado", dijo la organización.
"La unidad monetaria oficial debe tener un valor suficientemente estable para facilitar su uso en las obligaciones monetarias a medio y largo plazo", añadió el FMI.
Otra preocupación clave para el FMI es la integridad financiera o, más claramente, el riesgo generalizado de delitos financieros. La organización citó el uso de las criptomonedas para financiar el terrorismo, evadir impuestos y blanquear fondos ilícitos.
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), organismo de control de la delincuencia financiera mundial, publica orientaciones sobre estos riesgos. Sin embargo, como señala el propio FMI, la aplicación y el cumplimiento de estas normas están lejos de ser coherentes en todo el mundo.
Además, el FMI citó el impacto perjudicial de la industria de la criptomoneda en el medio ambiente como un obstáculo clave.
"Las criptomonedas minadas, como el Bitcoin, requieren una enorme cantidad de electricidad para alimentar las redes informáticas que verifican las transacciones. Las implicaciones ecológicas de la adopción de estos criptoactivos como moneda nacional podrían ser nefastas", dijo el FMI.
Fuera de estas preocupaciones primarias, el FMI insta a los países que deseen adoptar criptodivisas a tener en cuenta la accesibilidad a Internet y los ciberataques, como el ransomware.
"El acceso a Internet y la tecnología necesaria para transferir criptoactivos sigue siendo escaso en muchos países, lo que plantea problemas de equidad e inclusión financiera", dijo el FMI.
El FMI llama la atención sobre El Salvador
Todos estos son problemas a los que se enfrenta El Salvador, que es el único país del mundo que ha hecho serios avances a la hora de adoptar una criptodivisa -Bitcoin- como moneda de curso legal.
Es más, el FMI y el Banco Mundial le dijeron anteriormente a El Salvador que no estaban interesados en ayudar al país latinoamericano a llevar a cabo su proyecto de adopción de Bitcoin.
El FMI añadió que en los países con inflación y tipos de cambio estables, así como con instituciones creíbles, la demanda de criptodivisas para doblar como moneda de curso legal es "poco probable que se ponga de moda."
Pero incluso en El Salvador, donde la inflación ha sido un tema de conversación política durante años, el proyecto Bitcoin del país ha generado muchas críticas.
Según un estudio de la Universidad Francisco Gavidia de El Salvador, más del 75% de los salvadoreños piensa que la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal por parte del presidente Bukele es "poco acertada".
Es más, el 43% -casi la mitad de los encuestados en el estudio- cree que la adopción de Bitcoin será perjudicial para el país. Sólo una de cada cuatro personas cree que será beneficiosa.