En Resumen
- Investigadores de la Universidad de Florida crearon un sistema de IA que rastrea la progresión de la enfermedad de Parkinson usando grabaciones de movimientos de manos.
- Este sistema analiza movimientos rápidos de golpeteo entre el pulgar y el índice, detectando cambios sutiles difíciles de identificar para los humanos.
- La tecnología permite a los pacientes grabarse a sí mismos, y el software analiza los movimientos para informar a los clínicos sobre la evolución de la enfermedad.
Investigadores del Instituto de Salud y Rendimiento Humano de la Universidad de Florida han creado un nuevo sistema de IA que realiza un seguimiento eficiente de la progresión de la enfermedad de Parkinson utilizando grabaciones de movimientos de manos de los pacientes.
Este innovador sistema, que analiza movimientos rápidos de golpeteo entre el pulgar y el índice, puede detectar cambios sutiles que a menudo son difíciles de detectar para los humanos. Esto ha dado lugar a un diagnóstico y monitoreo de la enfermedad más preciso y eficiente.
"La belleza de esta tecnología es que un paciente puede grabarse a sí mismo realizando la prueba, y el software lo analiza e informa al médico cómo se está moviendo el paciente para que puedan tomar decisiones", explicó Diego Guarin, un profesor asistente que desarrolló esta tecnología.
"Al estudiar estos videos, podemos detectar incluso las alteraciones más pequeñas en los movimientos de las manos característicos de la enfermedad de Parkinson que podrían ser difíciles de identificar visualmente para los médicos", agregó.
El Parkinson, que afecta a millones en todo el mundo, actualmente no tiene cura, y sus causas aún no están claras. Este trastorno progresivo afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios, causando lentitud en el movimiento, temblores, rigidez corporal, cambios en el habla y más.
Dado que los síntomas aparecen lentamente y sin pruebas definitivas, los médicos dependen de una serie de ejercicios para identificar y evaluar la gravedad del trastorno. Sin embargo, el método actual para clasificar el trastorno es propenso a interpretaciones subjetivas, lo que podría llevar a inexactitudes.
Aquí es donde entra la inteligencia artificial. Un sistema automatizado puede revelar detalles que antes pasaban desapercibidos. Esta nueva herramienta de IA identificó el tiempo exacto que se tarda en abrir y cerrar los dedos, sugiriendo que el movimiento de apertura de los dedos se retrasa en pacientes con Parkinson en comparación con individuos sanos.
"Esta es nueva información que es casi imposible de medir sin el video y la computadora, demuestra que la tecnología puede ayudar a caracterizar mejor cómo la enfermedad de Parkinson afecta el movimiento y proporcionar nuevos marcadores para ayudar a evaluar la efectividad de la terapia", explicó Guarin.
El sistema fue aún más refinado con la ayuda de uno de los supercomputadores de IA más grandes del mundo, como el HiPerGator en la Universidad de Florida. Después de entrenar, probar y refinar diferentes modelos con grandes cantidades de datos de video, el sistema puede funcionar en un teléfono inteligente, haciéndolo fácilmente accesible para todos.
Michael Okun, asesor médico de la Fundación Parkinson, dijo que el desarrollo fue "transformador".
"La prueba de toque de dedos es uno de los elementos más críticos utilizados para el diagnóstico y para medir la progresión de la enfermedad en la enfermedad de Parkinson", dijo Okun en el anuncio de la universidad, señalando que la IA pudo hacer lo que típicamente requería que un experto interpretara.
Esta no es la primera vez que la inteligencia artificial resulta útil en la lucha contra el Parkinson. Anteriormente, los investigadores aprovecharon la IA para detectar signos de Parkinson hasta siete años antes del diagnóstico clínico mediante el análisis de escáneres de retina.
Además, el papel de la IA en predecir con precisión enfermedades críticas como Alzheimer y cáncer ya ha demostrado ser prometedor.
Mientras los investigadores continúan buscando una cura, la detección temprana y el seguimiento confiable podrían abrir nuevas posibilidades para tratar el Parkinson.
Editado por Ryan Ozawa.