Durante un panel virtual con Bloomberg el martes, el subdirector de la División Cibernética del FBI, Bryan Vorndran, dijo que " las criptomonedas son la principal moneda, el principal vehículo, para facilitar los pagos de extorsión."
Vorndran añadió que, a pesar de "algunas oportunidades" que ofrece la tecnología blockchain, "la capacidad de pagar con criptomonedas, guionizarlas inmediatamente en un tumbler, ya sea a través de un pago de extorsión o de un robo, es un enorme, enorme desafío para nosotros."
Un tumbler es una pieza de tecnología que oculta el origen de las criptomonedas, que puede utilizarse para limpiar cualquier fondo mal habido. A veces también se les llama "mezcladores".
Los tumblers también se utilizan a menudo para ocultar el origen de Bitcoin en los casos de ransomware, durante los cuales los ciberatacantes cifran los sistemas informáticos de una entidad, congelando la capacidad de los propietarios para acceder a sus datos. A cambio del pago en Bitcoin, los atacantes desbloquean los sistemas.
Y, como aludió Vorndran, hacer un seguimiento de estos fondos es difícil, ya que normalmente nunca entran en el sector financiero tradicional. Uno de los principales puntos de venta de Bitcoin es que también permite a cualquier persona del mundo enviar instantáneamente cualquier cantidad de dinero en cualquier momento, lo que lo convierte en una alternativa conveniente al dinero en efectivo en la era digital.
El subdirector lo resumió así: Para los delincuentes, "es el único juego en la ciudad".
El aumento del ransomware
En los últimos meses, el gobierno de Estados Unidos ha dado prioridad al seguimiento de la actividad ilícita de las criptomonedas.
Tras los ataques de ransomware a elementos críticos de la infraestructura estadounidense el año pasado, el Departamento de Justicia (DoJ) elevó el ransomware al mismo nivel de prioridad que el terrorismo.
La actualización del Departamento de Justicia se produjo poco después de los ataques a Colonial Pipeline, un oleoducto que abastece a los estados del sureste, y a la filial estadounidense del gigante del procesamiento de carne JBS. El primer ataque provocó una escasez de gasolina en la región, lo que dio lugar a importantes titulares y suscitó la atención nacional en torno a este tipo de ciberataques.
En cifras puras, los ataques de ransomware recaudaron alrededor de 602 millones de dólares en 2021, según estimaciones de la empresa de análisis de blockchain Chainalysis. Conti, un grupo de hackers con sede en Rusia, fue el que más ganó durante ese periodo, extorsionando a sus víctimas por más de 180 millones de dólares.
Aunque los ataques de ransomware están claramente en el radar de la comunidad de inteligencia, los comentarios de Vorndran sugieren que los grupos de hackers están lejos de estar preocupados.