Un gobierno militar está proponiendo crear su propia moneda digital un año después de derrocar al líder democráticamente elegido.

¿Qué podría salir mal?

El general de división Zaw Min Tun, viceministro de Información de Myanmar, dijo que los dirigentes militares quieren crear su propia moneda digital para "mejorar las actividades financieras" en el país, según un reportaje de Bloomberg. Indicó que el gobierno podría crear la moneda por sí mismo o trabajar con empresas locales.

El banco central del país, por su parte, ya ha prohibido el Bitcoin y otras criptodivisas; dice que aún está en la fase de investigación de las monedas digitales del banco central (CBDC), versiones electrónicas de las monedas nacionales. No ha avanzado tanto como China, por ejemplo, que está probando un yuan digital, o Bahamas, que lleva más de un año utilizando "Sand Dollars".

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Entonces, ¿por qué la Junta está tan entusiasmada con una moneda digital?

Es posible que la idea provenga de los partidarios de la destituida jefa de Estado Aung San Suu Kyi, depuesta en un golpe de Estado en febrero de 2021. Este grupo creó lo que se conoce como el Gobierno de Unidad Nacional formado por funcionarios exiliados de la Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi, así como por otros partidos y grupos de interés. Su objetivo es derrocar a la Junta Militar. En diciembre, este grupo político reconoció a USDT, una stablecoin emitida por la empresa Tether, con sede en Hong Kong, como su moneda oficial. La stablecoin sigue una relación de 1:1 con el dólar estadounidense y puede utilizarse prácticamente en cualquier lugar con una conexión a Internet, lo que es mejor que el dinero en efectivo para un gobierno en el exilio.

Pero la Junta también necesita poner en marcha la economía. Su PIB per cápita es el más bajo del sudeste asiático. Es probable que eso empeore en un futuro próximo. Estados Unidos ha sancionado a 65 personas por su implicación en el golpe, así como a 26 organizaciones vinculadas a la Junta, limitando su capacidad de hacer negocios. Eso incluye a la empresa de extracción de gemas propiedad del gobierno, una de las principales fuentes de ingresos de los generales.

Otros países afectados por las sanciones han recurrido a las criptomonedas para eludir las sanciones de Estados Unidos e impulsar las economías debilitadas, con resultados dispares. En febrero de 2018, Venezuela comenzó a emitir el Petro (no una versión digital del bolívar), que está supuestamente respaldado por sus reservas de petróleo y otros minerales. Aunque el gobierno ha ordenado su uso para una variedad de servicios, no ha logrado estimular el crecimiento. El PIB de Venezuela se sitúa cerca del de Myanmar y su inflación anual supera el 680%.

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Irán, por su parte, vio la minería de Bitcoin como una fuente potencial de rentabilidad, y en un momento dado ordenó que los mineros regulados vendieran cualquier BTC extraído al banco central para reponer sus menguantes reservas de divisas. Sin embargo, las tensiones en la red eléctrica del país han frenado esta iniciativa, lo que ha provocado varias moratorias temporales de la minería.

China, por su parte, ha cortado el acceso a las criptodivisas mundiales al tiempo que promueve su CBDC, lo que, según los críticos del régimen, tendrá el efecto de aumentar la vigilancia financiera y hacer que los ciudadanos y las empresas teman cruzarse con el Estado, para que no se congelen sus cuentas bancarias.

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