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Aunque los partidarios del Bitcoin suelen promocionar la criptomoneda como un "oro digital" antiinflacionario, Bank of America afirma que no se trata de nada parecido.
Un informe reciente de la empresa indica que esta criptomoneda se mueve de forma mucho más similar a los activos de riesgo, como la renta variable, y alcanzó correlaciones máximas con el S&P 500 a finales de enero.
Según la nota de investigación -titulada "Global Cryptocurrencies and Digital Assets"-el Bitcoin cotiza como activo de riesgo desde julio del año pasado. Fue más o menos el mismo momento en el que el precio de BTC mostró signos de recuperación significativa tras un desplome del 50% del precio en mayo de 2021.
Los activos de riesgo se caracterizan por su alta volatilidad. Las acciones, los bienes inmuebles y las divisas entran en esta categoría.
"Las correlaciones al 31 de enero entre el bitcoin y el S&P 500 (SPX) y entre el bitcoin y el Nasdaq 100 (QQQ) alcanzaron máximos históricos y el percentil 99,73 respectivamente", reza el informe. Mientras tanto, el activo ha mantenido una correlación casi nula con el oro durante ese tiempo. El bitcoin se compara a menudo con el oro como activo de cobertura de la inflación (aunque el oro en sí no siempre actúa como tal).
A diferencia de otras criptodivisas como Ethereum, Bitcoin tiene un calendario de emisión de oferta fijo. La criptodivisa se minará cada vez más lentamente a lo largo del tiempo hasta alcanzar un tope de 21 millones de monedas. Esto ha impulsado a algunos inversores a utilizarla como cobertura contra la devaluación desenfrenada de la moneda, a menudo con preferencia sobre el oro.
La correlación entre el bitcoin y el oro fue más fuerte al principio de la pandemia, tras las promesas de estímulo intensivo de los gobiernos mundiales en marzo de 2020. No obstante, el Bank of America cree ahora que el Bitcoin no se adoptará como cobertura de la inflación en los países desarrollados ni perderá su condición de activo de riesgo hasta que no baje la volatilidad de su precio.
Aunque la correlación de Bitcoin con los activos de riesgo es fuerte, tiene una pequeña propensión a reaccionar a la política de la Reserva Federal y a las estadísticas de inflación, aunque de forma impredecible. En noviembre, el precio de Bitcoin subió a un máximo histórico en torno a los 69.000 dólares, poco después de que se revelaran las cifras de inflación de octubre, que fueron del 6,2%, el nivel más alto en 30 años en ese momento. Sin embargo, el Bitcoin y las acciones cayeron ese mismo mes una vez que el presidente de la Fed consideró que la inflación ya no era un fenómeno "transitorio".
No obstante, el informe reconoció que el Bitcoin podría funcionar como una cobertura fiable de la inflación en los países subdesarrollados con entornos más inflacionistas. Esto se puede ver en Turquía, donde el Bitcoin se cotizó en máximos históricos en liras turcas este diciembre, a pesar de cotizarse a la baja frente al dólar.
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