3 min lectura
El gobernador de la provincia argentina de Catamarca, Raúl Jalil, presentó a principios de esta semana una propuesta formal al presidente del país, Alberto Fernández, en la que le insta a crear una moneda digital propia de Argentina, el "Peso Digital".
La propuesta de Jalil de un "peso digital" argentino busca movilizar la maltrecha economía argentina aprovechando las ventajas que ofrece la tecnología blockchain, como la transparencia en la contabilidad.
"Hace falta pensar en un nuevo modelo de servicios financieros. La tecnología rompe no sólo las fronteras entre negocios sino que ya está alterando los equilibrios entre países.", dijo Jalil el martes al diario argentino El Ancasti. La propuesta del gobernador también incluye la posibilidad de tokenizar las regalías mineras a nivel local, habilitando el uso de billeteras digitales y redes blockchain para gestionar estos pagos.
La propuesta formal del gobernador Jalil al presidente Fernández no es más que el primero de muchos pasos burocráticos en caso de que Argentina avance con un peso digital. Fernández está facultada para rechazar la propuesta sin más, o para transmitirla tanto al banco central del país como al Congreso con su aprobación. Entonces, el debate entre los legisladores argentinos comenzaría en serio.
El objetivo aparente de crear una moneda digital del banco central (CBDC) para Argentina, con el fin de revitalizar su maltrecha economía, no carece de mérito. Durante varios años, el país ha compartido con la vecina Venezuela la distinción de estar entre las peores economías del mundo. Pero a diferencia del Petro de Venezuela -la moneda digital propia del país lanzada por el gobierno de Nicolás Maduro-, un peso digital argentino no haría ningún intento de parecer siquiera descentralizado.
Por el contrario, la propuesta de Jalil sugiere que el marco regulatorio de una CBDC haría las cosas mucho más cómodas si la emisión monetaria estuviera respaldada por el banco central. Un activo respaldado por el banco central sería más fiable, y podría hacer a Argentina más atractiva para los inversores, que si emitiera una moneda descentralizada, dijo Jalil.
"Podría resultar en un menor riesgo implícito del capital, ya que la mayoría de las criptomonedas tienen un precio con un alto componente especulativo. Es decir que ofrecería una inversión más atractiva para perfiles de inversores menos especializados o con relativa aversión al riesgo", dijo el gobernador.
La relación de Argentina con las criptomonedas y otros activos digitales no es nueva. La crisis financiera, junto con los controles de divisas que dificultan el acceso al dinero extranjero, como los dólares estadounidenses, han hecho que aumente el interés de los argentinos por el Bitcoin. El término "dolar bitcoin" ha entrado en el léxico local como referencia de cambio y se ha vuelto casi tan común como otras "denominaciones" del dólar en el país, como el dolar blue, el dolar turista y el dolar minorista.
Argentina también tiene un mercado de comercio de Bitcoin entre pares muy activo. En un momento de 2019, tras el pánico financiero en medio de la agitación política, Bitcoin se negociaba con una prima significativa en comparación con la mayoría de los otros mercados. Y aunque algunos legisladores han intentado restringir el comercio de Bitcoin como una forma de evitar la fuga de pesos, el interés en la criptodivisa (medido por Google Trends) nunca ha sido mayor.
Decrypt-a-cookie
This website or its third-party tools use cookies. Cookie policy By clicking the accept button, you agree to the use of cookies.