Por Scott Chipolina
8 min lectura
En tiempos de crisis, cada vez más países recurren a las criptomonedas. Irán, Venezuela, Corea del Norte y El Salvador han utilizado criptomonedas para evitar sanciones, acceder a los mercados mundiales o, en el caso de Corea del Norte, incluso llevar a cabo una guerra cibernética.
Ahora es el turno de Afganistán. Los resultados publicados en agosto por la plataforma de análisis de criptomonedas Chainalysis indican que Afganistán ocupa el puesto 20 de 154 países en cuanto a la adopción general de criptomonedas. Si se analiza el volumen de comercio punto-a-punto, Afganistán ocupa el séptimo lugar a nivel mundial.
Hace un año, Afganistán ni siquiera figuraba en los registros de Chainalysis, lo que sugiere que el auge de las criptomonedas es un fenómeno reciente. Luego, en agosto, los talibanes tomaron el control total del país — un acontecimiento que desencadenó el colapso económico y que ha llevado a algunos a plantear que las criptomonedas podrían llegar a ser aún más importantes.
¿Serán las criptomonedas un salvavidas? No necesariamente. Decrypt habló con especialistas afganos que señalaron que las criptomonedas harán poco por la población del país en crisis —pero pueden beneficiar a sus gobernantes talibanes.
Entre los afganos comunes y corrientes que ven el potencial de las criptomonedas está Farhan Hotak, que vive en el sur del país, cerca de la frontera con Pakistán. Hotak, de 22 años, ha acaparado la atención de los medios de comunicación en las últimas semanas por ser un ávido trader de criptomonedas que vive bajo el régimen talibán.
"Tengo recursos muy, muy, muy limitados para hacer algo. Me interesa el mundo de las criptomonedas, porque he ganado mucho, y veo un gran potencial por mi parte que puede ir más allá", dijo Hotak a la CNBC este agosto.
Sin embargo, Hotak sigue siendo una excepción. Si bien los datos de Chainalysis sugieren que las criptomonedas son cada vez más populares en Afganistán, los expertos dudan de que las criptomonedas tengan algún impacto en la vida de los afganos comunes y corrientes de forma significativa.
"No vas a ir simplemente a un mercado de verduras y pagarlas con criptomonedas", dijo a Decrypt Peter Mills, investigador de Afganistán del Instituto para el Estudio de la Guerra, y agregó que Afganistán sigue siendo —ahora más que nunca— una economía regida por dinero en efectivo.
De hecho, Afganistán se apoya tanto en el dinero en efectivo que algunos de sus ciudadanos están adoptando otras monedas fiduciarias en medio de una grave escasez de afganis en circulación —la moneda local— debido a las sanciones internacionales.
"Están recurriendo a otras monedas: están empleando rupias paquistaníes. He visto algunos informes de que están usando moneda iraní en el oeste de Afganistán, como en Herat", dijo Mills.
El argumento de Mills se ve reforzado con la historia de un panadero en Siria, en la ciudad norteña de Azaz, que se deshizo de la moneda local, que se devalúa rápidamente, por liras turcas, siguiendo el ejemplo de su gobierno local.
Dado que los afganos se han precipitado a adoptar otros tipos de monedas, ¿podrían llegar a adoptar también las criptomonedas? Resulta que hay varias razones por las que resulta poco probable que la gente común y corriente lo utilice al ritmo que indican los datos de Chainlaysis. Una de ellas está relacionada con la infraestructura física —o con lo que queda de ella.
En los últimos meses, un grupo rival de los talibanes, conocido como Estado Islámico Jorasán, ha empezado a volar torres de alta tensión.
"Han atacado las torres de electricidad y las instalaciones de telecomunicaciones, así como otras instalaciones económicas importantes, con el fin de crear más inestabilidad económica y socavar el gobierno", añadió Mills.
Con una infraestructura eléctrica capaz de cortar el acceso a la energía eléctrica en regiones enteras —así como el acceso a Internet— el uso extendido de la criptomoneda se enfrenta a una dura batalla en Afganistán.
Por otro lado, una cultura de corrupción gubernamental es otro impedimento para que los civiles afganos se beneficien de las criptomonedas. Dicha corrupción se puso de manifiesto con el escándalo del Banco de Kabul de 2010, en el que políticos y altos funcionarios malversaron aproximadamente $ 1 mil millones de dólares, paralizando todo esfuerzo significativo para desarrollar la economía y la infraestructura financiera de Afganistán. Casi nadie cree que la corrupción disminuirá bajo el nuevo gobierno talibán.
En consecuencia, hay pocas posibilidades de que los dirigentes afganos sigan el ejemplo de El Salvador —otro país empobrecido en el que, para bien o para mal, sus gobernantes están empujando a los ciudadanos a utilizar Bitcoin.
"Los problemas son más de economía real, de estado de derecho político, de seguridad... ya sabes, las tecnologías de pago están como al margen en términos de importancia", dijo a Decrypt Warren Coats, antiguo miembro del programa del FMI para Afganistán.
Coats agregó que es "algo maravilloso" cuando la tecnología digital coincide con los pagos, y cualquier cosa que permita a los afganos depender menos del dinero en efectivo sería bien recibida, pero "es casi seguro que eso no va a ocurrir con las monedas que no son de curso legal".
Es poco probable que las criptomonedas mejoren las condiciones de vida de los afganos. Pero, ¿podrían ayudar a los talibanes?
Al igual que los gobiernos de otros estados rebeldes, los nuevos líderes talibanes de Afganistán pueden recurrir a las criptomonedas como una forma de evitar las sanciones internacionales que afectan a su economía.
Según Yaya Fanusie, ex analista de la CIA y principal colaborador del Centro para un Nuevo Siglo Americano, los grupos yihadistas han estado incorporando las criptomonedas a sus redes de pago globales desde hace tiempo.
Esta estrategia podría resultar particularmente atractiva para los talibanes, ya que incluso sus aliados tradicionales, como Pakistán y China, no han otorgado aún legitimidad alguna a su gobierno.
"Incluso Pakistán se muestra reacio a ser el primero en dar el paso y reconocer a los talibanes", añadió Mills.
Un usuario de Twitter con más de 20.000 seguidores que responde al seudónimo de Bibi Janey, incluso publicó un tweet en el que sugería que los talibanes deberían "celebrar una asamblea de emergencia con los que cambian dinero para formarles en el cambio de Bitcoin".
Según Siegfried Wolf, director de investigación del Foro Democrático de Asia Meridional, un Afganistán controlado por los talibanes podría incluso "dejar de ser un mero punto neurálgico para los grupos terroristas internacionales" y evolucionar hasta convertirse en un "punto nodal en línea para las transacciones de criptomonedas y monedas fiduciarias fuera de la debida supervisión".
Esto no es demasiado difícil de imaginar, dado que los talibanes sólo necesitarían un flujo constante de electricidad en pequeñas zonas de Afganistán para ejecutar operaciones con Bitcoin. Esto encajaría con el patrón de otras organizaciones terroristas que han confiado en las criptomonedas, como Hamás y el Estado Islámico.
El riesgo de que los talibanes recurran a la financiación mediante criptomonedas resulta aún más probable si se tiene en cuenta que su fuente tradicional de fondos —el comercio de opio— podría estar pronto en vías de desaparición, a pesar de que el grupo se embolsaba hasta $3 mil millones de dólares al año.
"Al menos oficialmente, han dicho que van a deshacerse del cultivo y la producción de opio", dijo Mills.
Estados rebeldes como Irán y Corea del Norte ya han recurrido a las criptomonedas.
En Venezuela e Irán, la criptomoneda se utiliza para evitar las sanciones y, en Venezuela, también para distraer la atención de la alta inflación. En Corea del Norte, el robo de criptomonedas y las incursiones de hackers del régimen de Kim se han utilizado durante mucho tiempo para sostener una economía que fracasa crónicamente.
Aunque las circunstancias de los estados rebeldes varían enormemente, sus acciones siempre provocan la ira de los Estados Unidos, y el viraje de Afganistán hacia las criptomonedas no será diferente.
Esta misma semana, un informe publicado por el gobierno de Biden advertía de que los activos digitales como las criptomonedas socavan el régimen de sanciones de Estados Unidos, un régimen que ha servido durante mucho tiempo como piedra angular de la política exterior estadounidense.
"Estas tecnologías ofrecen a los delincuentes, oportunidades para mantener y transferir fondos fuera del marco del sistema financiero tradicional. También dan poder a nuestros adversarios que buscan construir nuevos sistemas financieros y de pago destinados a disminuir el peso del dólar", señala el informe publicado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El informe del Tesoro también ha pedido que el régimen sancionador de Estados Unidos sea más competente en el seguimiento y la incautación de activos digitales. El informe también se hizo eco de las repetidas advertencias de la administración contra las criptomonedas en términos más generales, lo que ha llevado a especulaciones sobre una orden presidencial destinada a tomar medidas severas contra las criptomonedas.
En otras palabras, si los talibanes quieren seguir los pasos de los regímenes corruptos anteriores, pueden acabar descubriendo que es más problemático que rentable.
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