Por Andrew Hayward
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Durante la última semana, la saga del colapso de Wirecard ha ido de mal en peor —mucho peor— y el alcance total de la lluvia radioactiva sigue tomando forma.
Tras la declaración de insolvencia de la fintech alemana el jueves, las tarjetas de débito en criptomonedas que opera Wirecard, emitidas por Crypto.com y TenX, fueron congeladas para los clientes del Reino Unido y Europa.
El viernes, las cosas empeoraron para muchos clientes de las firmas británicas de fintech asociadas con Wirecard, quienes vieron que sus activos fueeron congelados. Eso es porque la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA) ordenó a la división británica de Wirecard con sede en Newcastle que suspendiera el acceso a las cuentas para proteger los fondos dentro.
Las empresas británicas de fintech Curve, Pockit y ANNA Money fueron algunas de las afectadas por la decisión tras el colapso de wirecard, y los confusos clientes presionaron a las empresas a través de los medios de comunicación social para que les informasen sobre el estado de sus cuentas y la seguridad de su dinero.
Aún no se sabe cuándo la FCA rescindirá la orden para que los clientes afectados puedan acceder a sus cuentas.
El 18 de junio, Wirecard anunció que su empresa de auditoría, Ernst & Young, descubrió un agujero de 2 mil millones de dólares en el balance de la compañía. El Dr. Markus Braun, que había sido CEO durante 18 años, renunció rápidamente al día siguiente, además de que Wirecard suspendió al miembro de la junta directiva y COO Jan Marsalek.
Desde entonces, Braun se entregó a las autoridades después de ser buscado por sospecha de mentir a la policía, y Marsalek -cuyo paradero aparentemente no está confirmado, según el Financial Times- ha sido despedido por Wirecard.
Wirecard admitió el colapso y se declaró insolvente el jueves en Munich, lo que llevó a los problemas con las tarjetas de débito antes mencionadas y los servicios británicos de Fintech. Según Bloomberg, Ernst & Young emitió un comunicado afirmando que Wirecard proporcionó "falsas confirmaciones y declaraciones con respecto a las cuentas de depósito en garantía".
"Hay claros indicios de que se trataba de un fraude elaborado y sofisticado", prosiguió la declaración, "que involucraba a múltiples partes de todo el mundo en diferentes instituciones, con un objetivo deliberado de engaño".
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