Por Mattis Meichler
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A medida que la carrera global por la innovación en inteligencia artificial (IA) se intensifica, Alemania está realizando movimientos estratégicos para mantenerse competitiva.
El miércoles pasado, la Ministra de Investigación, Bettina Stark-Watzinger, reveló el ambicioso plan de Alemania para duplicar su financiamiento público para la investigación en IA, elevando la inversión a casi mil millones de euros en los próximos dos años.
Este compromiso financiero tiene como finalidad lograr múltiples objetivos como: establecer 150 laboratorios universitarios, expandir la capacidad de los centros de datos de Alemania y garantizar un acceso más fácil a datos fundamentales para el entrenamiento de algoritmos de IA.
Alemania está decidida a no quedarse rezagada ante los titanes de la IA como China y Estados Unidos. Sin embargo, el desafío es desalentador. Para poner las cosas en perspectiva, en el 2022, Estados Unidos invirtió 3.300 millones de dólares en investigación de IA, según un informe de la Universidad de Stanford.
Además, las inversiones privadas en IA en los Estados Unidos en el mismo año se dispararon a $47.400 millones, eclipsando el gasto combinado de Europa y superando significativamente las inversiones de China de $13.400 millones.
Sin embargo, Stark-Watzinger cree que Alemania tiene una ventaja única, señalando el panorama regulatorio en evolución de Europa, que prioriza la privacidad y la seguridad personal.
Argumentó, que este marco, podría resultar un imán para profesionales y empresas de IA, especialmente cuando se combina con el espíritu colaborativo dentro de la Unión Europea.
"Nuestra IA es explicativa, confiable y transparente", dijo la ministra de investigación en un comunicado público.
Históricamente, la incursión de Alemania en la IA ha sido medida. El país cuenta con alrededor de 1.600 startups de IA, una cifra que se duplicó en 2023. Sin embargo, como admitió Stark-Watzinger, esto solo sitúa a Alemania en el noveno lugar en el ranking mundial.
El interés del gobierno alemán en la IA no es nuevo. En 2018, Berlín presentó su plan "AI made in Germany" ("IA hecha en Alemania"). Esta estrategia integral delineó 14 objetivos en 12 áreas de acción.
Entre los aspectos más destacados se incluyeron el fortalecimiento de la investigación en IA, el impulso de la innovación a través de competiciones y la motivación para que las empresas de todos los tamaños adopten la IA. La estrategia también hizo hincapié en el bienestar de los ciudadanos alemanes, la sólida seguridad informática y los fundamentos éticos y legales de la investigación en IA.
En ese momento, la entonces canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó que "Alemania y Europa deben liderar en inteligencia artificial. Nuestra prosperidad depende de ello, al igual que el mantenimiento de nuestros valores europeos y la protección de la privacidad en esta era digital".
En aquel entonces, el gobierno destinó aproximadamente tres mil millones de euros para su estrategia de IA, principalmente para la investigación. Se esperaba que las inversiones del sector privado igualaran estos fondos públicos, lo que resultaría en una inyección de seis mil millones de euros para 2025.
Sin embargo, con el panorama de la IA evolucionando rápidamente y la economía de Alemania tambaleándose al borde de una recesión, Berlín reconoció la necesidad de adoptar una postura más agresiva en esta tecnología crucial.
Grandes corporaciones alemanas como BMW, Siemens y Zalando ya están aprovechando la IA para vehículos autónomos, coordinación de trenes y experiencias mejoradas para los clientes, respectivamente. Pero el destino de la economía de Alemania ahora depende de inversiones adicionales para ayudar a sus campeones económicos a mantenerse por delante de la competencia.
La oficina del ministro de investigación de Alemania no respondió de inmediato a las solicitudes de comentario de Decrypt.
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