Por Scott Chipolina
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El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha cuestionado la decisión de El Salvador de adoptar Bitcoin como moneda de curso legal.
"Me preocupa que un país elija [Bitcoin] como moneda nacional", dijo ayer Bailey durante un discurso en la Universidad de Cambridge, según Bloomberg.
La advertencia de Bailey se suma a una larga serie de llamadas de atención anteriores contra la política de Bitcoin de El Salvador.
En junio, el Banco Mundial dijo que no ayudaría a El Salvador a desarrollar su entonces recién anunciado proyecto de Bitcoin, alegando problemas medioambientales y de transparencia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también alzó una bandera roja en julio sobre la decisión, sugiriendo que la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal "plantea una serie de cuestiones macroeconómicas, financieras y legales".
Dos meses después, el FMI reiteró su posición, calificando la política de El Salvador de "atajo desaconsejable" que plantea "riesgos sustanciales".
"Lo que más preocuparía es si los ciudadanos de El Salvador entienden la naturaleza y la volatilidad de la moneda que tienen", añadió Bailey.
Sin embargo, la ciudadanía de El Salvador sí parece entender la volatilidad del Bitcoin, lo que ha provocado una serie de controversias para el gobierno del presidente Nayib Bukele.
Desde que el presidente Bukele anunció en junio que el Bitcoin sería de curso legal en el país centroamericano, su gobierno se ha enfrentado a una fuerte oposición.
Apenas un mes después del anuncio de Bitcoin por parte del presidente Bukele, El Salvador fue testigo de protestas contra Bitcoin. En agosto, los salvadoreños volvieron a protestar contra Bitcoin—y en septiembre salieron a la calle por miles de personas por tercera vez.
El sentimiento anti-Bitcoin en estas protestas también fue corroborado por múltiples encuestas que encontraron que la mayoría de los salvadoreños no apoyaban la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal.
En el centro de la controversia sobre Bitcoin en El Salvador se encuentra la falta de transparencia, así como una aparente contradicción entre la supuesta promesa de Bitcoin y las acciones del gobierno del presidente Bukele.
Una de las mayores preocupaciones en materia de transparencia es el hecho de que nadie sabe quién controla las claves públicas del Bitcoin de El Salvador. El gobierno tampoco ha proporcionado nunca una política clara que regule cuándo—y en qué grado—compra Bitcoin para la nación.
"¿Cuál es el criterio para decir: 'Oh, hoy vamos a comprar más Bitcoin, o vamos a esperar hasta el próximo mes'. No lo sabemos", dijo Nolvia Serrano, jefa de operaciones del proveedor de wallets de criptomonedas BlockBank este septiembre en el podcast Decrypt Daily.
Los críticos de Bitcoin señalan entonces el bien documentado historial autoritario del Presidente Bukele y argumentan que choca con la filosofía de la criptomoneda insignia.
Un ejemplo destacado de esto ocurrió en el verano, cuando el crítico de Bitcoin Mario Gómez fue detenido sin una orden judicial y sin cargos.
Según los informes locales de la época, las fuerzas del orden de El Salvador intentaron confiscar el ordenador de Gómez durante la detención, pero finalmente cedieron cuando los periodistas llegaron al lugar.
"Me machaca el alma ver a los maximalistas del Bitcoin de todo el mundo vitoreando esto cuando, si realmente se sentasen a leer la ley y el reglamento, es completamente opuesto a todo lo que predican", dijo previamente a Decrypt un empresario local de El Salvador bajo condición de anonimato.
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