Por Ekin Genç
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El Banco Central Europeo ha publicado esta semana los resultados de una consulta pública sobre un euro digital. La mitad de los encuestados, en su mayoría alemanes, dijeron que la blockchain resolvería la falsificación y los fallos técnicos, y la mayoría quiere un euro digital que respete su privacidad.
Los resultados no son vinculantes, pero aún así "proporcionan una valiosa aportación a las reflexiones del Eurosistema sobre un euro digital."
Durante la consulta de tres meses, que se abrió en octubre de 2020, 8.221 encuestados -el 6% de los cuales son profesionales (léase: grupos de presión) y el otro 94% meros ciudadanos- sopesaron sus preferencias para el diseño de un euro digital.
Un euro digital sería una moneda digital del banco central (CBDC), una versión digital de la moneda fiduciaria del BCE. Los gobiernos están interesados en las CBDC porque facilitan el análisis de las transacciones financieras y abaratan el desembolso de dinero en tiempos de crisis. Los CBDC no se basan necesariamente en blockchain, pero pueden hacerlo.
A pesar del gran revuelo, pocos bancos centrales han puesto en marcha las CBDC. Algunas economías pequeñas, como Camboya y Bermudas, las han puesto en marcha. China, que actualmente está probando su propio yuan digital, lidera el juego de las CBDC entre las principales economías.
Pero estos países están muy por delante del resto. La mayoría de las economías desarrolladas, como Japón, EE.UU. y muchos países europeos, están explorando con cautela los beneficios de incluso probarlo. De ahí que el BCE siga preguntando a los ciudadanos qué tipo de euro digital les gustaría utilizar.
La mitad de los ciudadanos que respondieron quieren que el euro digital funcione en una cadena de bloques, y la mitad también exige "un papel limitado o nulo de los intermediarios". Una quinta parte de la muestra mencionó la criptografía.
Los ciudadanos quieren un CBDC que no requiera una conexión constante a Internet y que se centre en la privacidad, aunque eso signifique sacrificar "características innovadoras" (no definidas en la consulta). La mayoría dijo que la tecnología moderna es suficiente para un euro digital.
"Cabe destacar que los ciudadanos se refieren a blockchain con mucha más frecuencia que los profesionales, incluso los de la industria tecnológica", dice el informe, y añade que los ciudadanos mencionan mucho más a Bitcoin.
"Pero un euro digital sería muy diferente en cuanto a la estabilidad del valor, la protección de los datos, los costes de las transacciones y la protección del público", dijo el BCE.
A pesar de haber obtenido 8.221 respuestas, la encuesta dista mucho de ser representativa de la población europea. Esto se debe a que las consultas públicas están abiertas a cualquiera y, a diferencia de las encuestas, no hacen ningún intento de diversidad. El 90% de los encuestados son hombres y un tercio trabaja en el sector tecnológico.
Y aunque la UE tiene 27 países miembros, los encuestados de Alemania aportaron la mitad de las respuestas a la consulta pública. Los de Italia y Francia les siguen a cierta distancia, con un 15% y un 11%, respectivamente.
Entonces, ¿cuándo podrá Europa contar con su euro digital, si es que llega a hacerlo? Dentro de unos cinco años, según declaró el miércoles Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, a los miembros del Parlamento Europeo.
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