¿Qué son las Direcciones Ocultas de Ethereum?

Las direcciones ocultas ofrecen un método de privacidad similar a generar una nueva dirección para cada transacción, pero sin la molestia de crear manualmente esas direcciones cada vez.

Por Mason Marcobello

4 min lectura

Las direcciones ocultas proporcionan privacidad a las transacciones en Ethereum. Aunque es imposible ocultar completamente una transacción de blockchain, las direcciones ocultas pueden, como mínimo, ocultar la identidad del destinatario. Y al hacerlo, ofrecen una capa añadida de protección para cualquiera que no quiera que los datos de la transacción estén abiertamente vinculados a él.

En un libro mayor distribuido (un registro público de transacciones), cualquiera puede ver los detalles de una transacción, como la fecha, el importe y las wallets o entidades implicadas. Pueden buscar el ID o hash específico de la transacción en un explorador de bloques, como etherscan para Ethereum o Blockstream para Bitcoin.

Dicho esto, los intentos de mejorar la privacidad en el ecosistema Ethereum no están exentos de dificultades, tanto desde el punto de vista normativo como técnico. Un ejemplo: los obstáculos con Tornado Cash en 2019 (sanciones de la OFAC aparte). El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, señaló que el mezclador de monedas virtuales sólo es capaz de ocultar ETH o los principales tokens ERC-20 o ERC-1155. Esto deja un vacío para otros activos nativos del protocolo Ethereum ampliamente utilizados, como los POAPs, los NFTs y los nombres ENS. De ahí la razón de las direcciones ocultas.

Las direcciones ocultas pueden ocultar la identidad del destinatario

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Propuesto por Buterin en una reciente publicación de blog, un "sistema de direcciones ocultas" ofrecería una mayor protección de la privacidad de los usuarios, independientemente del tamaño de la transacción o del activo en cuestión.

¿Cómo funcionan las direcciones ocultas?

Parafraseando a Buterin, así es como funcionan las direcciones ocultas:

Tanto el destinatario (llamémosle "Bob") como el remitente ("Alice") pueden generar una dirección oculta para la transacción. Sin embargo, sólo el destinatario, Bob, puede controlar la transacción. Otra forma de concebir una dirección oculta es como una dirección de wallet vinculada criptográficamente a la dirección pública de Bob, pero que sólo se revela a las partes que realizan la transacción.

Para ocultar su identidad, Bob necesita primero generar una "clave de gasto" secreta, que luego se utiliza para crear una "meta-dirección" sigilosa. La meta-dirección se comparte entonces con el remitente (Alice), que realiza un cálculo para generar una dirección oculta que pertenece a Bob.

A continuación, Alice puede enviar los activos que desee a Bob. Cuando Alice envía activos a la dirección oculta, también publica algunos datos criptográficos adicionales en la cadena (denominados pubclave efímera) que ayudan a Bob a encontrar los activos. Bob escanea la cadena en busca de estos datos criptográficos; si encuentra alguno, utiliza su clave de gasto para reclamar los activos.

En general, este sistema ofrece un método de privacidad similar al de generar una nueva dirección para cada transacción, pero sin la molestia de crear manualmente esas direcciones cada vez. Además de compartir la meta-dirección con Alice, Bob puede registrarla en ENS (Ethereum Name Service) como meta-dirección oculta para algo como bob.eth. En ese caso, y suponiendo que Alice sepa que Bob es el propietario de bob.eth, Alice puede buscar su meta-dirección oculta en el ENS.

Retos y limitaciones de las direcciones ocultas

Aunque la idea es todavía bastante embrionaria, Buterin afirmó que la tecnología sería bastante fácil de implantar. Pero aún quedan varios problemas por resolver; el más notable, las tarifas de gas. Como una dirección oculta recién generada no contendría ETH, el propietario de dicha dirección no podría enviar ningún activo desde ella (para pagar las tasas de gas) sin antes transferir ETH desde otra dirección. Pero al hacerlo, los datos de la transacción reflejarían los datos de la cadena, con lo que se frustraría el propósito de que fuera anónima.

Otra solución a largo plazo que propuso Buterin sería utilizar Pruebas de Conocimiento Cero, a pesar de ser también algo costosas debido al gas adicional necesario. Otras posibles vías serían utilizar agregadores de transacciones especializados—algo en lo que los usuarios puedan pagar varias transacciones a la vez y luego gastar estas transacciones prepagadas cuando sea necesario.

En sus últimas reflexiones, Buterin afirmó que la compatibilidad con las direcciones invisibles también requeriría cambios significativos en la funcionalidad de los wallets basados en Ethereum, y sugiere que los desarrolladores de wallets empiecen a trabajar en un modelo multidirección que sea capaz de cifrar y descifrar adecuadamente los datos de las transacciones, además de crear una nueva dirección para cada aplicación o nuevas direcciones también por motivos relacionados con la privacidad.

Y aunque no son perfectas, las direcciones invisibles son otra herramienta para ayudar a aumentar la privacidad general en la red Ethereum y resolver así uno de los mayores retos pendientes para que el ecosistema escale.

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